martes, 16 de octubre de 2012
LA SOLIDARIDAD EN EL CORAZON DE LOS POLÍTICOS
Aunque la actualidad me hace observar con entusiasmo el
acuerdo anglo-escoces sobre la consulta a realizar en otoño del 2014 – vaya
lección de democracia para el resto y en especial para España- así como mirar con
mucho interés la reclamación de la Bélgica confederal tras la conquista de la
Alcaldía Amberes, motor económico de Flandes por Bart de Wever o reparar en las
reflexiones del Ministro de Economía de Tirol de del Sur, Thomas Widdmann sobre
el federalismo en tres casos claros, en pleno siglo XXI y en el corazón de la
UE, de libre determinación, del derecho a decidir o de la necesidad de un nuevo
marco de relaciones político-jurídicas basadas en la relación de tú a tu y no en la subordinación entre
tres pueblos de Europa y sus respectivos Estados, hoy me voy a quedar en la
frase de Jose Angel Cuerda, en el encuentro de Iñigo Urkullu con la sociedad
alavesa.
Según le escuchaba hoy en la radio a Xabier Agirre, el
exalcalde de Vitoria-Gasteiz, caracterizado por su apuesta política y social
por los más desfavorecidos, le reclamaba a Iñigo Urkullu “que la solidaridad
entre en el corazón de los políticos”. Parecido a aquella otra frase que decía
algo así como “aunque vayamos más despacio caminemos juntos” escuchado en más
de un mitin a Joseba Egibar. En definitiva, el fiel reflejo del sentir
colectivo- agudizado por esta situación de crisis- que es que “nadie se quede
en el camino” repetido últimamente por nuestro candidato a Lehendakari Iñigo
Urkullu.
Son tres frases sueltas que configuran un determinado modo de
sentir, pensar y actuar en política. Tres pensamientos que hilvanados
correctamente nos hacen mirarnos en el espejo de por donde tenemos que tirar
para salir de esta y salir de una determinada manera, esto es, juntos. Una
manera basada en una orientación humanista de la acción política. Ya que de
esta tenemos que salir juntos, cediendo todos para que todos ganemos. Con la
persona, con su cara y sus ojos en el centro del debate, la propuesta y la
solución. Aquí esta el quid de la
cuestión. En palabras del difunto Cardenal Martini, sin dogmas que venzan sobre
la vida real. Así tenemos que entender la política.
Como lo hicieron nuestros referentes históricos. Me viene a
la cabeza, el malogrado Alcalde de Deba, Polentzi Markiegi, asesinado por los
franquistas hace ahora 75 años en Santoña que murió reiterando su apuesta por
el amor fraterno y la solidaridad entre seres humanos basado en el pensamiento
político que se erigía sobre dos pilares, la fe y el nacionalismo, esto es
Jaungoikoa y Lege Zaharra, Manuel de Irujo, en su etapa de Ministro de Justicia
de la República trabajando por mejorar las condiciones de los presos o el
propio Lehendakari Agirre en esa fraseología que el mismo consideraba ridícula
de derechas e izquierdas, cuando decía aquello de “…si ser de derechas es
oponerse a los progresos legítimos de la democracia, contra los poderes
absolutos, si ser de derechas es eso, nosotros somos de izquierdas. Y si ser de
derechas consiste en defender la identificación de la religión con un régimen cualquiera, y no la
independencia absoluta de los poderes eclesiásticos y civiles en sus
respectivos ámbitos, entonces también somos de izquierdas” Eso ya en 1931, para
añadir alto y claro en 1936, dos meses y medio después del levantamiento
franquista “…que estamos en contra del imperialismo y del fascismo por espíritu
cristiano”. Ese espíritu cristiano que le llevó a decir a Santiago Aznar,
Secretario General de la UGT de Bizkaia que “Agirre estaba por delante del derecho
laboral hasta tal punto que, en (su) empresa familiar, aplicaba normas sociales
que constituían una auténtica revolución en aquella época”. Se refería a la
asistencia médica gratuita, a las vacaciones pagadas, a las viviendas sociales
y a la participación de los trabajadores en los beneficios económicos.
Y de esto hace más de 75 años. Estamos, claro está, ante
políticos que en palabras de Jose Angel Cuerda, tenían la solidaridad metida en
el corazón. Una generación que ya vio que el futuro de Euskadi estaba en Europa
mientras que otros, unos cuantos años más tarde, aplaudían – pensando hasta
hace un solo un año que la independencia se podía conseguir a tiros- a Stalin,
Ceausescu o Hoxha. Yo mismo me acuerdo, nacido en 1972, que el referente de la
izquierda abertzale era Albania frente a una Unión Europea, producto de oscuros
intereses capitalistas. Y ahora Laura Mintegi abogando por el Estado Vasco en
Europa. Siempre tarde. En fin, que se va a hacer.
¡Cosas del pasado! dirá más de uno, ¿que tiene que ver esto
con la actualidad dirá otro? preguntará otro y ¿con la solidaridad en el
corazón de los políticos? añadirá un tercero.
No es casualidad que Inglaterra y Escocia hayan llegado a un
acuerdo sobre la independencia de Escocia. Hay una respuesta contundente: la
historia, la trayectoria, el poso democrático de centurias. Exactamente lo
mismo ocurre con la solidaridad, se aprende practicando. Aquí también tiene su
peso la historia, la trayectoria, el poso social. Y este país, Euskadi lo
tiene. Y en especial, lo ha tenido de la mano del EAJ-PNV, un partido que lleva
la justicia social en el ADN, desde siempre, a partir de su orientación
humanista de la política. Sólo un ejemplo: el modelo del plan integral de lucha
contra la pobreza y el salario social. Allá por 1989. Palabras y hechos. No
sólo palabras. Un verdadero ejemplo y uno de los pilares del estado de
bienestar, junto a Osakidetza y la moderna red hospitalaria, la educación o la
formación permanente o las políticas sociales forales y municipales, de la
solidaridad en el corazón de los políticos. Y estamos orgullosos de ello. Muy
orgullosos. Porque ante mucho progresista de fin de semana, el EAJ-PNV ha
demostrado que sabe hacer avanzar sin que nadie quede en el camino. Y esta vez
también lo hará. Es la palabra del EAJ-PNV. La palabra de su candidato Iñigo
Urkullu. Y yo sé que lo cumplirá. Porque es hombre de palabra.
Estoy seguro de que ayer, Iñigo, se comprometió ante Jose
Angel a llevar la solidaridad en su corazón, en el corazón de un Lehendakari de
todos y para todos. Lo lleva ya. Es su compromiso, es nuestro compromiso, el
compromiso del EAJ-PNV. Un compromiso adquirido, donde y en la ciudad de
Vitoria-Gasteiz, en la ciudad que de la mano del EAJ-PNV, creó el primer
registro de parejas del Estado. Allá por el lejano 1994. También otro ejemplo
de solidaridad. Porque por encima de dogmas está la vida real: las personas.
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