martes, 14 de diciembre de 2010

Epsilon es Euskadi

Asociamos la Fórmula 1 con gente guapa, glamour, dinero  y lujo. La labor de ingeniería que requiere para ganar al adversario una milésima de segundo en pista, pasa a un segundo plano para el espectador, cuando se trata de innovación pura y dura, con resultados y soluciones extrapolables a diferentes ámbitos de la industria. Eso para empezar. Invierten en investigación. Y tenemos un ejemplo en casa: Epsilon Euskadi, un centro de innovación tecnológica, que además de destinar sus recursos a  investigar y fabricar vehículos, también hace un verdadero esfuerzo en formación impartiendo el máster METCA en colaboración con la Universidad de Mondragon. Precisamente, la cuna de Epsilon ha sido Azkoitia, cosa de la que me siento muy orgulloso. Fue en mi pueblo donde fue concebido, diseñado y construido el primer coche para competir en las 24 horas de Le Mans. Un hito que le llevo a convertirse en la primera escudería a nivel estatal en presentarse con un monoplaza en la mítica prueba francesa. Sí. El prototipo E1 LMP1 es producto propio, “made in Euskadi”, nunca mejor dicho. Joan Villadelprat, Jordi Caton y Sergio Rinland, los tres artífices de este proyecto, apostaron en 2004 por ubicarse en Azkoitia donde siguen manteniendo sus 4.000 m2 de intalaciones, aunque hoy en día la sede principal está en el Parque Tecnológico de Miñano. Merece ser visitada para darnos cuenta del potencial competitivo que existe detrás de la fabricación de los bólidos. Su túnel de viento, al servicio de empresas que necesiten estudios aerodinámicos,  nos ofrece una imagen que deberíamos de usar como postal navideña en los circuitos industriales más punteros. Es todo un icono del siglo XXI. Y es que Epsilon también es Euskadi. 

La Fórmula 1 también es Euskadi. E independientemente de los millones y millones de espectadores con los que cuenta (el fútbol no lo es todo), Epsilon puede ser la joya de la corona en I+D para determinados sectores del tejido industrial vasco. El lujo y el glamour pasan a un segundo plano, cuando se empieza a hablar de competitividad, velocidad, aerodinámica, optimización geométrica, máster, liderazgo, especialización, banco de pruebas… Todo eso y más es Epsilon Euskadi. Un proyecto con mucho futuro si se encuentra el equilibrio necesario entre el romanticismo que exige creer en los grandes proyectos y la buena gestión que necesitan los sueños una vez convertidos en realidad. Estoy convencido de que sabrán hacerlo bien. 

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