La confrontación ha ganado la batalla a la colaboración. No lo digo porque falten unos pocos días para las elecciones. Lo digo porque últimamente en cualquier esquina percibo estados de ánimo con una intensa tendencia a la confrontación. Se nos está olvidando ponernos en la piel del otro. Si compartiésemos más cazuelas de bacalao, nada de lo que digo sucedería. Lo contó el presidente de Confebask, Miguel Lazpiur, en una charla que ofreción el el Palacio Insausti de Azkoitia. El representante de la patronal vasca insistió en la necesidad de humanizar el mundo empresarial, dejando de lado la confrontación de los últimos tiempos entre empresas y sindicatos. Para explicarlo de la manera más gráfica posible recurrió al bacalao, a una hora en la que los estómagos de los asistentes hubieran agradecido hasta piedras. Contó cómo hace bastantes años, un alto cargo de la empresa Patricio Echeverría cometió un grave error, costándole la metedura de pata, un dineral a la empresa. El patrón debió de llamarle a su casa para abroncarle hasta quedarse sin voz. Sin embargo, no le despidió. El hombre en cuestión, feliz por el detalle, avisó a su mujer y ésta se presentó con una cazuela de bacalao como agasajo. Y se la comieron los tres. En paz y armonía. Como dijo Lazpiur, una escena imposible hoy en día. ¿Tanto hemos cambiado?
