viernes, 5 de agosto de 2011

Orillas, procesiones y efectos especiales

Aprovechando un soleado día de agosto, estoy contemplando el paseo nuevo desde el peine de los vientos. Me acuerdo de aquel abrazo entre Txillida y Oteiza. Fue el día en el que se juntaron las dos orillas.

A su vez me viene a la cabeza aquel lejano 11 de junio en el que me retire de la primera línea política . Desde entonces gobierna Bildu en Azkoitia y en Gipuzkoa. No era mi intención opinar sobre una cosa ni sobre la otra pero la libertad del mar me empuja a compartir tres momentos, sólo tres.

Todavía le estoy escuchando al Diputado General de Gipuzkoa que "no toca" hablar de algunas víctimas. No es el momento. Esto cuando en las escalinatas de Loiola se reúne con los familiares de presos, no lo crítico, pero es incapaz de recorrer cien metros para acercarse al monolíto de Inaxio Uria, asesinado por ETA aquel lluvioso día de diciembre.

Según parece el momento lo decide el Sr. Garitano, el Diputado General que nos representa a todos los gipuzkoanos, también, muy a su pesar, a los que no pensamos como él. Pero tanto a él como a los suyos les puede el gran pecado capital que afecta a los políticos: la soberbia. Están "sobraos".

Sólo así se puede asistir a las procesión de San Ignacio y en lugar de entrar a la basílica irse de potes al hotel de al lado. O se está o no se está. Estos que venían a romper con todo lo anterior se quedan a mitad de camino. Ni fá ni fú. Serán los equilibrios internos de Bildu o ¿son los efectos esopeciales del verano para que no hablemos de la gestión o no gestión diaria de la Diputación?

Sigo paseando y en mitad de Alderdi Eder, el sol me genera un espejismo. La bandera española sigue presidiendo el gobierno encabezado por Bildu. Mi opino. Me viene a la cabeza una maldad. Si Eneko Goya fuera Alcalde y la rojigaulda ondeara ahí donde sigue, seguro que Juan Carlos Izagirre esta en primera fila protestando y gritando por la imposición española y el sometimiento del Alcalde a intereses no confesables. !Vaya Aste Nagusia nos esperaba! Será que es preferible seguir con la bandera a ser inhabilitado. Ah, pero, ¿era importante eso de gobernar?

Y hablando de gobernar. El tercer momento: la participación ciudadadana. Al igual que todos los del PP han venido reclamando el adelanto electoral, todos los de Bildu han abierto entrevista con la participación ciudadadana. Aquí por lo menos mensaje y coordinación no les falta. Y me parece bien, las instituciones tienen que estar al servicio de los ciudadanos porque obviamente les representan y les pertenecen. A todos, a todos por igual. Pero, ¿de qué participación estamos hablando?

¿De convocar, convocar y convocar reuniones abiertas? o como me decía un concejal ¿de hacer el programa festivo con la participación de siete miembros de la "popular" comisión de festejos sin contar con el resto de concejales, entidades o agrupaciones que no son de su cuerda?

En definitiva, para un tema tan serio como el de la participación, hemos vuelto a aquella frase ochentera y "revolucionaria" de que si no tienes mayoría convoca una asamblea.

Pero bueno...todavía les quedan días para cumplir con los cien, aunque lo que mal empieza...A partir de aquí yo le invito a que miren a la otra orilla. Aunque no lo vean. Yo tampoco veo las esculturas de Txillida desde el paseo nuevo pero ahí están. Hay que acercarse. Paseando, a nado o en catamarán.

Es la asignatura pendiente de Bildu. Cerrar definitivamente una puerta y abrir otra. La puerta en la que entramos todos y todas. Porque en la otra orilla hay también vida y también se ha sufrido mucho. Al igual que cualquier madre de preso, la viuda de Inaxio también se merece un abrazo, Y algo más. Mucho más. Para ello, siempre es el momento Sr. Garitano. Siempre. Tenemos que tener la suficiente humildad para sentir lo que siente el otro y dejarnos de vanidades, soberbias y no momentos. Sólo así podremos avanzar. Y tenemos que avanzar.

Me tomo un café en el San Telmo. Una magnífica síntesis ente los viejo y lo nuevo. Del ayer y del hoy. La unión de la tradición y la modernidad. La esencia de lo vasco. La unión de las dos orillas en este país de orillas.

De modo que partiendo de nuestra orilla tenemos que seguir trabajando, desde el humanismo, la honestidad intelectual y la honradez personal. Siguiendo la labor que iniciamos aquel día de San Ignacio. Porque tenemos que seguir juntando las orillas que son bañadas por el mismo mar. Nuestra mar. Sin fuegos artificiales. Desde el día a día de las cosas, construyendo una Euskadi que tenga su sitio en el mundo. Con una economía pujante apostando por la educación, la ciencia y la tecnología. Creando empleo, siendo solidarios en lo social y justos en lo fiscal. Propios y abiertos en lo cultural. Un país en constante avance.

Uniendo las orillas para que todos podamos mojar nuestros pies, todos sin excepción, en el mar que nos pertenece a todos. A todos. Este el el nacionalismo en el que creo. El nacionalismo del EAJ-PNV.

Sólo así podremos ver las vibrantes y dinámicas esculturas de Txillida desde el profundo y sentido vacio de Oteiza. Los pelotaris de Txillida en el frontón de Oteiza. Y todo ello, haciendo un esfuerzo de acercamiento al otro, porque hay diferentes formas de sentirse vasco, hay diferentes orillas pero una mar, Euskadi.

He aquí nuetra asignatura pendiente para Setiembre. Ya tenemos tarea para la vuelta al cole. Onak izan!

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