jueves, 13 de octubre de 2011

¿Europa? Sí o sí

“Tú callar porque pronto trabajar para mí”. Fue la respuesta, en forma de frase lapidaria, que la encargada de un bazar chino le dio a una persona que fue a reclamar un artículo defectuoso y montó en cólera ante la pasividad de la responsable de la tienda. Nos echamos unas risas pero la frase tiene su aquel.
Como decía el otro día en la radio un profesor universitario, desde aquel libro de 500 años antes de Cristo llamado “El arte de la guerra” , Sun Tzu explica cómo llegar a vencer al enemigo sin tener que desempeñarse al enfrentamiento cara a cara: simplemente imponiendo una moral dominante, infundiendo miedo al enemigo para así poder vencer sin llegar a la batalla. Estela que siguió Deng Xiaoping, el padre de las reformas económicas chinas en todos sus tratados comerciales con el resto del mundo y en especial, con el mundo occidental. Apertura económica y represión política. No olvidemos la masacre de la Plaza de Tiananmen. Hoy por hoy, con una cara aún más amable en esta era post Juegos Olímpicos, uno tiene la impresión de que el actual presidente Hu Jintao sigue teniendo como libro de cabecera “El arte de la guerra” de Sun Tzu.

Evidentemente no estamos hablando de la invasión de los guerreros chinos de terracota sino que mientras Europa y los europeos seguimos dormidos en peleas internas, intereses estatales por encima de los europeos, rescates, bancos centrales, tipos de intereses, recapitalizaciones y burocracias varias…sobre todo burocracias varias, otros avanzan, avanzan y avanzan. Porque como decía, o por lo menos se dice que decía, el bueno de Confucio, el gran maestro chino, “transporta un puñado de tierra cada día y construirás una montaña”. Así lo están haciendo tantos y tantos chinos en cualquier esquina de nuestros pueblos y ciudades. No os olvidéis de la frase, “Tú pronto trabajar para mí”.
Sin horarios, sin follones, con una sonrisa en los labios. Mientras, nosotros, los de la vieja Europa todavía les miramos desde un peldaño más arriba sin darnos cuenta de que son ellos los que nos están sujetando la escalera. Y lo mismo nos pasa, con los países del BRIC. Porque ¿quién le hubiera dicho a Portugal que sería su antigua colonia la que iba a salvar sus bancos o al Reino unido que sería también su colonia hasta anteayer la que iba a tirar de la economía mundial?
O que la China comunista y campesina de Mao Zedong se iba a convertir en uno de los caballos que tiran del carro del mercado mundial, siempre capitalista.

Y ante ello, Europa atascada. Llena de desconfianzas. En un equilibrio paralizante. Discutiendo sobre las bondades del euro, en esa guerra entre los buenos y los PIGS, es decir, Portugal, Italia, Grecia y Spain. Con Cameron diciendo que mientras él sea primer ministro el Reino Unido no va a entrar en el euro. Como siempre con servicios a la carta.
¿Pero alguien se ha dado cuenta de que el problema que tiene EEUU con California es mucho mayor que la que tiene Europa con Grecia? Pero ahí sigue el país del sueño americano avanzando, con sus grandes problemas pero siendo un valor importante en la economía y por lo tanto, en el bienestar mundial.

Y con Europa ¿qué? Pues caída en la desconfianza, porque entre otros Sarkozy, Merkel o no digamos Cameron miran más a los suyos que a Europa. Funcionan más en clave francesa, ‑­alemana o británica que Europea. En clave interna, porque los europeos no votan, votan los franceses, alemanes o británicos. Se ha optado más por la ampliación, cada vez más y más países, que por la integración. Sin darnos cuenta de que ni Francia, ni Alemania ni el Reino Unido y que digamos Italia, España o Portugal no pueden salir solos de ésta. Por mucho que se devaluase hipotéticamente la peseta ¿podría España competir con los países del BRIC? No. Y no hay otra respuesta y lo mismo sirve para Francia, Alemania o el Reino Unido. Solos y mal avenidos no tienen nada que hacer. Nada que hacer.

Por eso es el momento de reivindicar Europa. Más y más Europa. Desde ese pesimismo constructivo que se lo oí al profesor Juanjo Alvárez con respecto al proceso de la Unión es el momento de reconstruir políticamente Europa. Si se quiere a diferentes velocidades, pero es el momento de la integración. Es el momento de más Europa. Una sola Europa, una sola voz.
De consolidar y avanzar en el espacio común, tanto en el económico como en el financiero y en el fiscal. Es el momento de los eurobonos. El momento de todos a una. Como lo hace EEUU con California. Con el orgullo de ser Europeo. Porque tenemos un tesoro en forma de estado de bienestar que no lo podemos echar por la borda. Es la seña de identidad de Europa tanto frente a EEUU como frente a los países del BRIC. Nos costará más o menos, más bien más, pero no lo podemos perder porque es parte de nuestro ser.

Pero para ello es necesario a corto por lo menos trabajar más por menos, formarnos, ser emprendedores, como lo hemos sido a lo largo de toda nuestra historia y creer en nosotros mismos que es creer en Europa y siendo leales . Siendo leales con nosotros mismos. Una Europa con su gobierno, con su presidente, su bandera y su himno. Orgullosos de ser europeos.
Hoy es una utopía pero no hay avance sin utopías. Sinceramente creo que de esta crisis saldremos más integrados. Sigamos como los chinos a Confucio, “Transporta un puñado de tierra cada día y construirás una montaña”. Así construiremos Europa. Con el día a día. Pero siempre en la misma dirección y todos los días con un nuevo puñado. Y no como ahora que andamos con el mismo puñado de un sitio para otro. Así sólo se pierde tierra.

En definitiva a pesar de los pesares, optimismos, pesimismos y realismos ¿Europa? Bai, noski. Porque no olvidemos que hace 70 años todavía estábamos en guerra y hace 54 firmamos el Tratado de Roma. Nuestros antepasados como Schuman, Monnet, Adenauer, Gasperi, Agirre o Landaburu lo tuvieron claro. No les podemos defraudar. Ni a ellos ni a nuestros hijos. Que son el futuro.

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